La mayoría de esos establecimientos operan de manera informal, lesionando el fisco y llevando a la quiebra a cientos de comercios que sí cumplen obligaciones
Los establecimientos comerciales en manos de ciudadanos chinos se multiplican de manera acelerada en todo el país, desplazando negocios tradicionales de familias dominicanas y otras nacionalidades.
Los negocios de los comerciantes asiáticos se han diversificado. Ya no solo son joyerías, tiendas de textiles, pequeños moteles y “pica pollos”, como era en décadas pasadas, sino que han pasado a ser, en su mayoría, grandes superficies que venden un gran surtido de mercancías, entre ellas decoración, iluminación, electrodomésticos, muebles, juguetes, utensilios de cocina, herramientas y artículos ferreteros, entre otros.
En el Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Santo Domingo Norte, Santo Domingo Oeste, Azua, San Juan de la Maguana, Moca, Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, Puerto Plata, Bonao, Mao y otros pueblos del Cibao se reporta que la competencia china es “inaguantable”.
Y es que ciertamente la afluencia de clientes a los negocios administrados por chinos es alta, atraídos por “precios muy por debajo” de lo normal.
Las diferencias entre tiendas de la competencia pueden rondar entre un 30 y un 50 por ciento.
Sin embargo, los consumidores no entienden que al final solo están “afilando cuchillo para su propia garganta”, debido a que la mayoría de esos establecimientos operan de manera informal, lesionando el fisco y llevando a la quiebra a cientos de comercios que sí cumplen con sus obligaciones tributarias y generan empleos formales, asegura el propietario de una tienda que no quiso dar su nombre.
“No aceptamos pagos con tarjetas de crédito ni débito, solo efectivo o transferencia”, se lee en carteles publicados en las áreas de caja de estos negocios chinos. Y los pocos que aceptan tarjetas condicionan pagos con esos instrumentos financieros a montos o cantidades de productos.
También, durante un recorrido por varios de esos establecimientos se podrá notar la gran cantidad de empleados extranjeros (sobre todo de nacionalidad haitiana) que laboran en esos negocios, en violación al artículo 135 de la Ley 16-92, que instituye el Código de Trabajo en República Dominicana, que dispone, de manera expresa, que “el ochenta por ciento, por lo menos, del número total de trabajadores de una empresa debe estar integrado por dominicanos”.
Una de las zonas donde mayor se siente esa proliferación de negocios chinos es la avenida Duarte. Una sensación de que se está en “tierra de nadie”.
El ambiente de informalidad y falta de regulación en todos los sentidos es palpable en la populosa arteria comercial. Aceras ocupadas con mercancías y vehículos de carga, además de basura (cajas de cartón y plásticos).
Para lograr su expansión por toda la arteria comercial y otras calles de la zona, los asiáticos han comprado o alquilado establecimientos, desapareciendo así a tiendas como Lama 94, El Encanto, Rohten, Arbaje Sony, entre otros.
Residentes del Ensanche Luperón también empiezan a quejarse por instalación de tiendas chinas en ese sector, provocando caos.
De acuerdo a datos obtenidos, estos comerciantes ofrecen pagos de alquiler de hasta US$20,000 y US$30,000, oferta que no es rechazada por comerciantes criollos que han visto sus ventas deprimidas por la competencia de los chinos.
Jenchy Suero
Jesús Antonio Suero Castillo (Jenchy Suero), nació en San Juan de la Maguana, catedrático universitario, comunicador, economista y abogado. Ha dirigido diversas entidades profesionales y organizativas de la sociedad, etc. Jenchy Suero, conduce y produce el programa televisivo: “Primera Hora” y conduce “Panorama Social, ambos cada día de lunes a viernes en la televisión de Santo Domingo República Dominicana.